Es cierto. El cambio climático, el problema ambiental y la denuncia social respecto de estos temas parecen ser un cliché de aquéllos que quieren denunciar algo y no saben por dónde empezar.
Pero creo que en este caso se justifica otra vuelta de tuerca sobre el tema. Estos días estamos viendo cómo en España las temperaturas estivales están superando ampliamente los 40° en numerosas regiones de la península, lo que está provocando serios perjuicios a la salud. Sobre todo entre los niños y las personas de la tercera edad.
Por otro lado, y al mismo tiempo, observamos cómo en Chile debemos llorar ya la muerte de quince personas, provocadas por el aluvión caído durante los últimos dos o tres días. Período en el que, dicen, será el único que llueva durante todo el invierno probablemente. De manera que no sólo está muriendo gente, sino que ni siquiera servirá para garantizar el abastecimiento de agua y el mantenimiento de la agricultura durante el resto del año.
¿Qué quiero decir con esto? Muy simple. El desorden climático que está provocando el desarrollo desenfrenado y sin control que ansiamos se hace más evidente cada año que pasa. Las temperaturas extremas, el incremento de los huracanes, el tsunami del sudeste asiático... estamos cavando nuestra propia tumba.
¿Hasta cuándo van a esperar los gobernantes para tomar medidas? ¿Hasta cuándo van a esperar las grandes potencias para adherirse al Protocolo de Kyoto? ¿Hasta cuando las reglas rigen para unos y no para otros?
Existen naciones (cada cual sabrá a las que me refiero) que tienen como "estandarte" abogar por la paz mundial, la defensa de la libertad y lograr vivir en un mundo más seguro. Lo que quizás no ven (perdón, no quieren ver) es que en esta dinámica su lucha va a ser vacua; porque no va a haber un mundo en el que garantizar la seguridad, la libertad o la paz.
Insisto, sé que es un tema recurrente y trillado; pero creo que nunca es suficiente cuando de exigir nuestros derechos se trata.
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